Y el sol brilló tan fuerte con su
encanto hasta convertirse en coco. Y la luna iluminó sutilmente y se transformó
en pipa. En aquella tarde del verano porteño, cuando colgaban de sus asiduas
palmeras, borrachas sobre la arena, se encontraron de pronto, enamorándose al
mismo tiempo. Aquel atardecer encendió sus colores, la brisa revoloteó en los
cabellos de los enamorados y la arena formó ondas musicales con notas de
pasión, para crear juntos una miel de amor.
Esas mieles que nos hacen suspirar,
de antojo, de dulcera. A la mayoría les gusta el coco maduro y la variedad del
coco tierno, llamado en Costa Rica como pipa tiene ese sabor a Caribe que llega
de inmediato. Aquí les comparto una receta tradicional, usando la tapa de dulce
(jugo concentrado de caña de azúcar cocinado, ensamblado en cubos – panela,
piloncillo, papelón) uniendo tanto coco como la pipa.
Requiere de 1 coco fresco, al que se le extrae el jugo, se pela y se ralla finamente. La pipa por igual, se extrae el jugo, se parte y se extrae la parte interna blanca, que puede picar o rallar. El jugo de ambas frutas se toma como refresco natural, pero no se usa en la receta.
Aparte se pone 1 cubo de tapa de
dulce en una olla de fondo grueso, con apenas ½ taza de agua para que se
empiece a derretir. Se puede picar previamente. Se le añaden astillas de canela
y clavos de olor, 1 cucharadita de vainilla y ralladura de jengibre. Se deja hervir y que empiece a
tomar la consistencia de miel.
En un sartén u otra olla, se derrite
una cucharada de mantequilla. Ahí se coloca el coco rallado y se mueve para se
impregne de la grasa y empiece a tomar un ligero color dorado. Cuando tenga el
tono y se haya tostado un poquito, se incorpora a la miel. Se deja espesar
moviendo siempre con una cuchara de madera. Cuando se logra ver el fondo de la
olla y se desprende fácilmente de las paredes de la olla, es tiempo de retirar.
Ahí se añade la pipa rallada, de
manera que apenas tome la temperatura de la miel, pero no se cocine y así disfrutar de un contraste de texturas. Se puede
servir tibia, o bien pasar a otro recipiente para dejar enfriar y usar luego
como postre. Hay muchas formas de
disfrutar de esta miel. Sobre una tajada de pan dulce casero; con un bola de
helados de vainilla. Para rellenar empanaditas de harina. También puede agregar leche en polvo para compactar la miel y formar cajetas.
que rico, me encanto, facil y dulce..besitos.
ResponderEliminarA golosear entonces Chary.. saludos
ResponderEliminarGracias por compartir la receta
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