El tamal asado es una preparación con ingredientes salados en su mayoría. A base de maíz molido. Pero con que al añadir azúcar, le da un sabor especial y lo convierte en una rica receta, donde el coco también le da su sello.
Para este tamalito es
mejor usar masa de maíz recién molida, de molino. Un kilo. Además 300 gramos de
queso blanco rallado, 3 huevos, 2 tazas de azúcar, 1 taza de natilla*, ½ taza de leche agria*, ½ barra de mantequilla
(60grs), 1 cucharada de vainilla, 1 taza de coco deshidratado, 1 lata de leche
(o crema) de coco-350gr*.
(*si no dispone de masa,
use en polvo de paquete y dele el punto con agua tibia; la natilla también se
conoce como crema ácida, sour cream. La leche agria puede sustituirse por
yogurt natural o añadir jugo de limón en leche común. La leche de coco se
consigue enlatada en supermercados o licue 1 coco rallado con agua tibia y cuele*)
Inicie mezclando la masa
de maíz, con el queso, azúcar, huevos, natilla, coco, la mantequilla derretida,
vainilla. Puede hacerlo con las manos limpias para garantizar que se unan bien
los ingredientes. Luego añadir la leche agria y la de coco. Vierta la mezcla en
un molde engrasado de mantequilla y hornee a temperatura media 350°F/180°C por
1 hora hasta que el centro esté firme.
Opcionalmente, antes de
hornear se puede mezclar todo en una olla que pueda ponerse al fuego y cocinar
moviendo con cuchara de madera para que la mezcla caliente y se espese un poco.
Cuando se empiezan a formar como erupciones (volcancitos) se pasa al molde para
hornear. También se puede colocar una hoja de plátano soasada al fondo del
molde y verter ahí la mezcla antes de hornear. (En la cocina rural se asa con fuego de leña abajo y carbones o brasas encima, sobre una tapa de hojas de plátano)
Una vez horneado, se deja
enfriar para sacar y partir en tajadas. Servir con café o una bebida caliente es la forma preferida de disfrutarlo. Pero bien sirve hasta como postre si se quiere.