Este vegetal posee también vitamina A para apoyar el crecimiento, vitamina C para combatir el cáncer y las infecciones y vitamina E para proteger de las enfermedades del corazón y fortalecer el sistema inmune al igual que las dos anteriores. Su vitamina más abundante es la D, que nos ayuda a tener huesos y dientes fuertes ya que contribuye a regular el metabolismo del calcio.
Su contenido de minerales también es importante, pues provee al organismo de cobre, hierro y fósforo, los cuáles intervienen en los procesos sanguíneos, así como de una elevada cantidad de potasio. Contiene elevada cantidad de pectina, un tipo de carbohidrato no digerible que ayuda en el proceso de digestión de los alimentos. En estos días donde el sistema inmune debe estar a todo pulmón, para combatir un simple resfrío o uno porcino, vacuno o de gallina, es mejor entrarle a cuanto vegetal verde se atraviese y aún en su etapa tierna los ayotes nos aportan sus nutrientes. Cabe destacar que los ayotes son primos de los zapallos y zucchines, por lo que la receta cumple igual expectativa. Además es un vegetal muy común y bajo precio en Costa Rica.
Aparte, en un sartén caliente se fríe en aceite de oliva, cebolla picada, apio, ajo, chile dulce (pimiento), pizca de achiote, y se incorpora la carne molida (ó soya). Sazone con sal y pimienta y revuelva bien hasta que la carne se cocine.
Listos los ayotes, les elimina el centro con ayuda de una cuchara y rellénelos con la mezcla de carne molida y arroz. Se cubren con queso blanco rallado y se colocan con la tapa en un molde refractario engrasado y los lleva al horno a 375ºF (190°C) unos 15 minutos.
Por otro lado se hace una salsa, licuando unos 4 pejibayes cocinados y pelados, con unas hojas de culantro y algo de caldo donde se cocinaron los ayotes. Sazone sí es necesario.
Esta salsa sirve de base para servir los ayotes o bien para bañarlos al servir.
Su contenido de minerales también es importante, pues provee al organismo de cobre, hierro y fósforo, los cuáles intervienen en los procesos sanguíneos, así como de una elevada cantidad de potasio. Contiene elevada cantidad de pectina, un tipo de carbohidrato no digerible que ayuda en el proceso de digestión de los alimentos. En estos días donde el sistema inmune debe estar a todo pulmón, para combatir un simple resfrío o uno porcino, vacuno o de gallina, es mejor entrarle a cuanto vegetal verde se atraviese y aún en su etapa tierna los ayotes nos aportan sus nutrientes. Cabe destacar que los ayotes son primos de los zapallos y zucchines, por lo que la receta cumple igual expectativa. Además es un vegetal muy común y bajo precio en Costa Rica.
Se les corte las cabezas a los ayotes tiernos para usar como tapitas y se ponen a hervir con todo y tapas, en agua con sal unos minutos.
Aparte, en un sartén caliente se fríe en aceite de oliva, cebolla picada, apio, ajo, chile dulce (pimiento), pizca de achiote, y se incorpora la carne molida (ó soya). Sazone con sal y pimienta y revuelva bien hasta que la carne se cocine.
Listos los ayotes, les elimina el centro con ayuda de una cuchara y rellénelos con la mezcla de carne molida y arroz. Se cubren con queso blanco rallado y se colocan con la tapa en un molde refractario engrasado y los lleva al horno a 375ºF (190°C) unos 15 minutos.
Por otro lado se hace una salsa, licuando unos 4 pejibayes cocinados y pelados, con unas hojas de culantro y algo de caldo donde se cocinaron los ayotes. Sazone sí es necesario.
Esta salsa sirve de base para servir los ayotes o bien para bañarlos al servir.