El fruto de la berenjena es considerado en muchos lugares como alimento de pobres, por su sabor amargo, bajo costo y facilidad de producción. Sin embargo, sabiendo el manejo, conservación y consumo, en regiones se ha convertido en ingrediente exquisito; tiene un sabor suave, muy propio de vegetal, con un ligero toque amargo, que ahí es donde viene el “truco” para restarle el mismo e incluso eliminarlo.
La calidad de la berenjena se basa en su firmeza, color de la cáscara y un buen tamaño. Las más sabrosas serán las más tiernas y firmes, con la cáscara lisa y brillante, con un color morado oscuro y que pese más en proporción a su tamaño. La piel no debe presentar manchas, arrugas ni zonas blandas, sino de fijo estarán muy maduras o se encontrará un gusano dentro!
Bien, mis primeras experiencias al saborearlas no fueron muy gratas, pero aprendiendo su manipulación y en la diversidad de recetas, ya han desfilado en mi cocina con un dip, tortas (tipo arepa), el clásico guiso con zapallo (ratatoille) y aquí les comparto esta buena lasaña, donde se sustituye la pasta por lonjas de este vegetal.
Requerimos 2 berenjenas grandes, 2 tazas de salsa de tomate fresca (por recomendación de un amigo usamos una comercial marca “Ragú” que incluye albahaca y otras hierbas), 1 taza de queso mozzarella, 2 de queso parmesano, 1 taza de hongos (champiñones), aceite, sal y pimienta al gusto
Cortamos la berenjena en rodajas, echarle sal y dejar reposando por unos 20 minutos sobre una rejilla, para quitarle el sabor amargo; otra alternativa es ponerlas en agua con sal a reposar por este mismo tiempo. Luego, lavarlas y secar con papel toalla, salpimentar y dorarlas en una sartén con muy poco aceite vegetal.
Entonces para armar la lasaña se coloca una cucharada de salsa de tomate en el fondo de un pirex, intercalar berenjena, salsa de tomate, hongos y el queso mozzarella. En la capa superior dejar el queso parmesano encima. Llevar al horno a 350°F (180°C) durante 35 a 40 minutos. Dejamos refrescar antes de partir en cuadros.
A veces uno se resiste a probar cosas nuevas, o por la no grata experiencia previa, pero les aseguro que les va a gustar.
Se luce como una perfecta entrada o bien, como un plato completo, acompañado de arroz blanco y una ensalada fresca.