Los mangos son de las frutas más
gustadas en Costa Rica. Los disfrutamos maduros como fruta fresca y en su
variedad “manga” que son
aquellos de un tamaño más grande. Cuando están verdes,
apenas iniciando su desarrollo los llamamos “celes” y así constituyen también un gran atractivo al paladar.
Dado que la semilla apenas está en formación, es fácil eliminarla y comernos el
resto, que típicamente lo saboreamos con sal. Otros prefieren añadir también
jugo de limón, salsa inglesa o chile picante. El mango cele también funciona
para hacer arroz con mango, rallarlo e integrarlo en ensaladas, licuarlo para
refresco natural o congelar este y convertirlo en helados.
Y si de postres se trata, la
miel de mango (ver receta) se hace con el fruto maduro. Pero
también se puede hacer a partir del mango cele. Aquí les comparto un par de
versiones, con tapa de dulce (panela, papelón, piloncillo) y en almíbar.
Se pone en una olla de fondo
grueso una tapa de dulce partida en trozos, con apenas ¼
de taza de agua y se deja a que empiece a formarse la miel. Se le puede poner
canela en astillas y clavos de olor. Mientras se pelan unos 6 mangos verdes, se
eliminan las semillas y se parte en forma de láminas. Cuando hierve la miel se
añade el mango y se mueve con cuchara de madera, para que el mango se suavice y
se tome el gusto dulce. Se disfruta tibia o ya fría.
El almíbar se hace con 2 tazas de
azúcar y 1 taza de agua, canela y clavos de olor. Al hervir se añade ½ taza de sirope de kola y el mango laminado. Se espera a
tomar gusto y suavizar. Si se prefiere se deja más tiempo a que el almíbar se
vaya secando y el mango se cristalice. Cualquier de estas mieles servidas
con helados de vainilla, funciona bastante bien.