Durante varios años en mi época de colegio e inicios de Universidad, viví en San Jerónimo de Moravia. Justo al frente de mi casa estaba la fábrica de tártaras, que pertenece a la familia Castro. Las tártaras son un dulce tipo repostería, con una base de harina y un relleno de miel de coco. También algunos las conocen como cocadas (por tener coco), pero hay otras recetas con el nombre de "cocadas" que son como unas cajetitas o dulces abombados y por ello tiende a confundirse a veces.
Era típico ver los grandes camiones que llegaban a dejar las cantidades de cocos y los varios empleados, que extraían el líquido interior, partían, pelaban y sacaban el coco maduro, para luego molerlo. Paralelamente iban haciendo el aceite de coco, que lo ponían en botellas y lo vendían baratísimo y uno lo usaba para ir a broncearse!!! Los rayos ultravioleta para entonces no eran tan fuerte como ahora claro!
Diariamente sacaban una buena producción que se repartía en los comercios cercanos, en el centro de Moravia y también los llevaban hasta Alajuela, a los sectores de Atenas y la Garita, donde esta familia también tenía sus propiedades. Lo mejor, que las piezas que se quebraban o se quemaban un poquito (llamadas recortes) los vendían en bolsas a los vecinos de la fábrica en ø100 (cien colones)! Así que era el típico postre en mi casa casi todos los días.
Luego cambiamos de lugar de residencia y seguí siendo un tico más que disfruta comerse una tártara comprada en cualquier supermercado, o bien cuando uno va de paseo en las paradas de Orotina, San Carlos y la zona sur, ya empacadas en sus cajitas plásticas. No obstante, aquí tengo la receta y se las comparto por si se antojan de prepararla en casa.
Ingredientes para la pasta: 2 tazas harina, 1/2 barra de margarina (60 gramos), 1 taza azúcar,3 cucharaditas de polvo hornear (royal), 1 cucharadita de vainilla, ¼ taza de agua o leche, ½ cucharadita de sal y nuez moscada.
Cernir harina con el royal, sal y nuez moscada. Luego integra la margarina y el azúcar. A poquito añadir agua o leche, amase hasta formar una pasta que no se pegue a las manos. Se estira con bolillo enharinado sobre una mesa que también tenga harina y se cortan círculos (usando un cortador o un vaso).
Colocar 1 cuchara de relleno de coco y esparcir. Los bordes de la pasta se levantan con los dedos y se forman ondulaciones, como haciendo pellizcos. Hornear por 15 minutos a fuego medio (350F).
El relleno de coco: 1 coco, ½ tapa de dulce (panela, piloncillo), canela y nuez moscada al gusto. Ralle el coco y póngalo a fuego medio con el dulce y media taza de agua, canela y nuez, hasta que se haga miel y el coco cristalice a color dorado claro, pero no muy cocinado, para que se termine de cocinar en la horneada.
En la fábrica también preparaban los PETATES, que en una sola bandeja, ponían la pasta en forma rectangular y lo rellenaban con la miel de coco. Luego sobreponían tiras de pasta como entretejidas y esto se llevaba al horno. Cuando estaba listo, se partía en cuadros. El sabor obvio era el mismo, quizás la pasta era un poquito más gruesa, pero también muy sabrosa. No volví a ver que vendieran “petates”, pero es una receta con parte de mis gratos recuerdos.