En un lugar de la internet, de cuyo nombre no puedo acordarme, no hace mucho
tiempo que leía de un “tamal expuesto”, que llevaba por nombre una receta.
Una preparación rústica, con la base del tamal navideño, pero
cocinado al horno y expuesto al calor casi todos sus ingredientes. Me llamó la
atención aquella extraña idea, que rompe la rutina de una tradición, pero que
en mi loca adicción de darle vuelta a las recetas, adaptarlas y hacerlas mías,
me propuse mejorar aquella expuesta receta.
Ese tamal expuesto implicaba poner sobre una bandeja, una
base de hojas, una capa de masa, los
ingredientes para su relleno y llevar a hornear. Pensé que aunque la idea
sonaba, el resultado final sería bastante seco. De ahí entonces suavicé en mi
mente la técnica y aquí les comparto mi resultado. Nunca será igual al tamal NAVIDEÑO de los que
en Costa Rica celebramos la Navidad, así como tampoco a los países que
conforman nuestra Latina vecindad; pero probar no cuesta tanto y al rato le guste
probar y adaptar esta idea, que si bien se hace en un solo molde, también puede
prepararse en tamales individuales.
Para la masa de los tamales tradicionales, de la cantidad
final de masa de maíz, siempre se usa la mitad en puré de papa. Pero para esta
receta usé iguales cantidades, que me garantizara la suavidad en la textura de
la masa. Requiere entonces 1 kilo de
masa de maíz (de molino de preferencia), 1 kilo de papa cocinada en agua y sal
y convertida en puré; ½ kilo de carne a su gusto (cerdo o pollo) cocinada en
buen caldo con hierbas y especias.
De relleno utilicé un picadillo con 2 tazas de papas picadas
en cubos, 1 taza de zanahoria en cubos, 1 taza de garbanzos cocinado, 1chile
dulce rojo (pimiento), 1 cebolla, ajos, apio, culantro, sal y condimento al
gusto. También podría usarse un relleno similar del tamal convencional con
arroz y verduras.
Primero cocine la carne con suficiente agua, las especias,
hierbas y condimentos. Separe la carne, desmenuce y reserve el caldo. Aparte en un recipiente amplio, mezcle la
masa con el puré. Licue 1 taza del caldo reservado con un poquito más de sal, salsa
tipo inglesa (Lizano), culantro y consomé. Añada a la masa y mezcle bien con las manos, hasta sentir una
textura suave y manejable. Añada más caldo si requiere.
Prepare un picadillo, al sofreír en aceite la cebolla, el
chile, apio. Agregue 1 cucharada de achiote (colorante natural) y los vegetales
picados. Termine con el culantro.
Use un molde para horno y barnícelo con aceite. Coloque 2
hojas de plátano soasadas en forma de cruz, que sobresalgan de sus lados, para
formar una tapa con ellas mismas. Coloque la mitad de la masa en el fondo como
base. Luego acomode el picadillo. Cubra con el resto de la masa y cierre con
las orillas de las hojas de plátano, formando la tapa. Añada un chorrito de
agua entre las hojas y el molde, para que se forme una base y genere vapor.
Lleve al horno a temperatura media y deje cocinar por 30
minutos. Añada un poquito más de agua en las orillas, rote la posición del
molde y cocine por otros 30 minutos más. Saque con cuidado, elimine la parte
superior de las hojas (la tapa) y deje descansar dentro del horno ya apagado.
Espere que esté casi frio. Las hojas le dan el sabor especial
a la masa y al final quedarán bastante quemadas. Así mismo se presta para
desmoldar con todo y hojas. Parta en tiras o trozos grandes y acompañe de café
o una bebida caliente.
También puede cocinarse en hojas de forma separada, sin
necesidad de amarrar y tener unos 8 a 10 tamales individuales.
Decía Don Quijote: “El que no sabe gozar de La ventura cuando
le viene, no se debe quejar sí se pasa”. Así les dejo mi receta, no del todo
inventada, pero sí bien disfrutada!