El gallo bueno canta igual en su corral que en el ajeno dice
un refrán popular. En Costa Rica se denomina “gallo” a la porción de alimento
servida sobre una tortilla de maíz. Servir un gallo es la forma de entender un
pequeño bocado de comida, muy común que sea picadillo, un pedazo de carne, una
torta de huevo. Pero cualquier ingrediente de consistencia seca que se preste,
formará parte de los gallos: frijoles molidos, un trozo de aguacate, un poquito
de ensalada, un huevo duro.
Ahora bien, si lo que se sirve en el gallo tiene una extra de
humedad, como carne en salsa o ensalada con aderezo, también se le dice “gallo
asopado”. Entre la gran cantidad de diminutivos que usamos los costarricenses al
hablar, “gallitos” será una forma común de compartir el gallo con cariño. Y de
la comida que sobra en una reunión familiar y que se reparte para “llevar” aún
en una taza plástica, también nos referimos como “llevarse un gallo”.
Semanas atrás, Laura Rojas, una seguidora de la página me
consultaba sobre la receta “sopa de gallos”. La verdad no la conocía. Ni la
había leído y menos probado. Ella me explicaba que en su familia se prepara con
gallos de carne que luego se añaden a una sopa con verduras; algo así como hacer una sopa de
albóndigas pero usando gallos. Y aunque en su versión hacen la sopa con el
caldo de carne, yo me incliné por hacerla con caldo de pollo, añadir unos
fideos para personalizarla y aquí les comparto el resultado.
Cocine ½ kilo de carne (posta, cecina o para mechar) en 2
litros de agua, añada sal y condimento al gusto, hierbas frescas (orégano,
tomillo, apio, ajos, cebolla, chile dulce) y deje cocinar la carne hasta que
suavice. Retire la carne, desmenúcela o
píquela y cuele el caldo.
Ahora en este caldo (o bien con caldo de pollo) añada
verduras peladas y partidas en trocitos, papa, chayote, zanahoria, yuca y deje
cocinar. Rectifique el sabor del caldo. Cuando ya estén al dente puede integrar
unos cuantos fideos (cabello de ángel) para dar más cuerpo al caldo y
finalmente un poquito de culantro picado. Si le gustan las sopas picantes,
añada gotas de tabasco al final, o bien un chile tipo “panameño” entero desde
que se cocine la carne y retire al colar el caldo.
Mientras se va cocinando la sopa, se forman los gallos. Se
ablandan las tortillas de maíz (en microondas o bien calentarlas sobre un
comal). En cada una se pone una cucharada de carne; se doblan en mitades
(medias lunas), se pasan por huevo batido y se fríen en aceite caliente hasta
sellar y dorar por ambos lados. Se escurren en papel absorbente. También funciona hacer gallos de pollo para esta receta.
Se sirve una porción de sopa y se le agrega un gallo en cada plato
servido. Una forma rústica de saborearse esta receta. Para disfrutar y acabar
en menos de lo que canta un gallo!