La Yuca (ó Mandioca) es un tubérculo rico en hidratos de carbono y pobre en grasas y proteínas. Es muy digestivo y aporta vitaminas del grupo B, Potasio, Magnesio, Calcio, Hierro y vitamina C. La Yuca nunca se debe de comer cruda ya que es muy rica en ácido cianhídrico y puede provocar vómitos, diarreas, dolor de estómago e incluso la muerte en pocas horas. Este efecto negativo desaparece por la acción del calor; es decir, una vez cocinada no hay problema en su consumo.
Representa uno de los alimentos más consumidos en América, Asia y África. Lo común es cocinarla en agua y sal, pero también se puede obtener harina de la misma. No obstante, las posibilidades en la cocina son muchas, como tortas, en sopas, frita y más.
Justo en este mes de enero, en Costa Rica se llevan a cabo los “Rezos del niño”, para terminar el ciclo de la Navidad. Después de rezar se brinda café a los asistentes con pan, tamal asado, de maicena y hasta comida como arroz con pollo, garbanzos y lo que los anfitriones tengan gusto (y alcance la platica claro!).
Una gran idea, económica y de buen gusto es preparar tamales de yuca. Se preparan en tamaños pequeños y como no llevan carne es del gusto común. Esta es una receta que no quisiera dar cantidades exactas, pero en lo aproximado de 1 kilo de yuca, salen unos 12 tamalitos. Se inicia con cocinar la yuca pelada en agua, sal, ramita de tomillo, un par de ajos y condimento a su gusto (por ejemplo consomé de pollo).
Cuando esté suave, se maja para formar un puré. Se aliña con margarina y queso crema. Se pone a cocinar a fuego medio, junto con el caldo donde se cocinó y se le añade un poquito de masa de harina, se mueve hasta secar el líquido y se retira para dejar entibiar.
Entonces viene el armar el tamal: en un cuadro de hoja de plátano limpio y suave se coloca una cucharada del puré, una cucharadita de arroz, papas en cuadritos (ya cocinadas), un pedacito de zanahoria y un trozo de huevo duro. (Las hojas de plátano recién cortadas deben pasarse por fuego de una hoguera o bien por el calor del disco de la cocina, para ablandarlas (suavizarlas) y lograr manejarlas como papel sin que se rompan).
Decore con ramita de culantro y cierre la hoja. Se refuerza con otra más y se amarran en parejas con hilo. Se ponen a cocinar en agua por espacio de 45 minutos. Se escurren y se dejan enfriar antes de abrir.
Sentirás la diferencia de comer un tamal tradicional, tiene una buena pinta y con gusto rezarás el rosario sabiendo que te comerás una boquita como esta.