El
pejibaye, fruto de la palma con igual nombre, es sin duda uno de los alimentos
representativos de Mesoamérica. En otros lugares también se le conoce como “chontaduro”.
En Costa Rica, dada la excelente y buena producción, lo disfrutamos casi a lo
largo del año y después de saborearlo en su forma más simple con mayonesa, se
disfruta en una gran variedad de recetas dulces y saladas, que puede encontrar en la sección de etiquetas aquí mismo en el blog.
Aplicando la misma técnica de los tamales de elote, envueltos en hojas y cocinados al horno, Cocina Costarricense les comparte esta opción que se luce muy típica y cobra un sabor extra por la combinación de sus ingredientes. Requiere como ingredientes 2 tazas de harina cernida con 2 cucharaditas de polvo de hornear (royal), 1 taza de pejibaye cocinado, pelado y rallado; ½ barra de mantequilla (60gr), 1 cucharada de vainilla, ½ taza de leche*, 2 huevos, 1 taza de azúcar, 1 cucharadita de sal. Opcional pasas o arándanos o trocitos de pejibaye adicional.
Precaliente
el horno a temperatura media. Bata la mantequilla hasta que esté cremosa, añada
poco a poco el azúcar y continúe
batiendo, luego los huevos y vainilla. Incorpore el pejibaye y la harina. Finalmente la leche,
calculando un mínimo de ½ taza, pero puede añadir más para que la mezcla no
quede muy compacta. Al final incorpore
pasas o trocitos extra de pejibaye, mezclando suavemente con la pasta. La misma
debe tener una consistencia para tomarse en cucharadas.
Sobre
cuadros de hojas de plátano soasadas (pasadas por el fuego para ablandar),
vierta una cucharada de la mezcla. Doble las hojas como envoltura de tamal sin
amarrar y vaya acomodándolos en bandeja engrasada, de manera que se sostengan
entre ellos mismos.
Hornee
a temperatura media alta 350°C por unos 40 minutos. Los bordes y las hojas
mismas tenderán a quemarse, lo que le dará un gusto extra al tamal. Por la
misma razón, no deben quedar muy cerca de las resistencias del horno. Un horno
de barro es excelente, pero en el horno de la cocina se logran bien.
A
los 40 minutos, puede medio abrir un tamal, para confirmar que ya está dorado y
compacto. Sino, lo deja un ratico más.
Deje al menos entibiar para disfrutar
con un café o bebida caliente como primera sugerencia.