El pan con tomate es típico de
España; está considerado como uno de los mejores ejemplos de la dieta
mediterránea, que se extiende en varias opciones en ese País. El añadir
ingredientes de sabor fuerte, como ajo, aceites de oliva, hierbas, alternar
especias dan grandes resultados en su sabor y presentación final; así como
también la calidad y variedad del tomate.
Costa Rica es un productor de
este vegetal, dándose en variedad y se categoriza por calidad. El Ministerio de
Agricultura, ha aprovechado la Feria del gustico costarricense en su segunda
edición (Febrero 2013) para promocionarlo como un ingrediente que no solo debe
quedar entre las ensaladas y salsas.
Entre las opciones de hacer
pinchos mezclados con quesos, albahaca, sopas, tomates rellenos, quichés,
también nos motivan a usarlo en este clásico pan de tomate. La receta que
comparten indica requerir 250 gr de harina, 90 gr de puré de tomate, 10 gramos
de aceite de oliva, 5 gramos de sal (1
cucharadita), una pizca de azúcar blanca, 75 ml de agua y 12 gramos de levadura
prensada.
Nota: Levadura prensada es
conocida como levadura de panadería, viene en forma de pasta prensada en
bloques, también llamada levadura fresca, ya que se debe conservar en frío, y
tiene un periodo de caducidad relativamente corto. Para usarla hay que diluirla
en agua antes de añadirla a la harina para hacer el pan. (No es levadura
“royal” ni “seca” que debe ponerse a fermentar en agua tibia)
Se puede usar tomates naturales,
se les quita la piel primero con agua caliente y se elimina las semillas; o bien usar tomate de lata, donde es
recomendable poner al fuego a reducir algo de su líquido. En uno u otro caso se
requieren los 90 gramos.
Se integran todos los
ingredientes, amasando hasta conseguir una pasta homogénea y elástica. Al menos
unos 10 minutos a mano tardará el proceso. Dejar reposar unos 15 minutos.
Luego dividir la masa en el
tamaño que queramos, pueden ser 2 porciones y se amasa para buscar una forma
redonda y sin grietas. Dejarla reposar unos 5 minutos.
Se le da la forma deseada, puede
ser rectangular (según los moldes a hornear). Se humedecen y se dejan fermentar
hasta que dupliquen su tamaño. Se colocan en los moldes, se decora con orégano,
albahaca, romero, semillas de amapola (cualquiera) y se hornean a 190°C hasta
que estén ligeramente dorados.
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