Es tan rico y tan curioso el idioma español, cuando un mismo término se aplica de diferentes formas. E incluso hasta puede significar completamente diferente entre regiones o países y darse una connotación particular según sea el asunto.
Gastronómicamente hablando el término “taco” remite de inmediato al bocadillo mexicano, que se sirve en una tortilla con aderezos o sin ellos, y de variados ingredientes. Esta presentación en Costa Rica vienen a ser nuestros “gallos” y por lo general se sirven picadillos, carnes. Lo que en nuestro país lo que es un “taco” es la tortilla rellena de carne, arrollada en forma cilíndrica y frita, servida luego con repollo y salsas.
Ahora bien, entre los vocablos cotidianos también usamos “taco” como susto o temor, así vamos a ver una película y “que taco nos dio”! También se usa según su momento para darse importancia, disfrutar del momento, así alguien se puede dar el taco de tomarse la foto al lado de un artista! En otros momentos se emplea para estar “taco a taco” como tal para cual o mano a mano en un juego. Y los zapatos con los que se juega fútbol son los tacos!
Volviendo a la comida, de nuestro pueblo, de nuestra historia y las familias humildes que siempre están prestas a ofrecer o convidar sus pocos alimentos, se ofrece una pequeña porción como un “gallito” o bien minimizamos lo servido para decir que aquello es como un “taco de muela” (la calza que queda de comida entre nuestras piezas molares). Pero bien, la receta que aquí les comparto tiene su origen en México con su nombre de taco y servido en tortillas con la cebolla y chile crudos como es típico ahí, pero que vendría siendo unos gallos de lengua por aquí.
Armar el plato es simple a partir de tener los ingredientes listos. La lengua de res es la que lleva su tiempo, pero es la estrella del plato. Empezamos lavándola con agua, se frota con limón ácido y sal y se vuelve a enjuagar. Se pone a cocinar en olla de presión solo con agua y 2 dientes de ajo, por 25 minutos contados a partir del sonido de la válvula, se escurre y se elimina la capa externa. Partimos en tajadas y se pone de nuevo a cocinar, esta vez agregamos hierbas, especias vegetales, sal y condimento al gusto. Cocinamos por 30 minutos igual en olla de presión. Sacamos del caldo y partidos en forma de fajitas.
Calentamos tortillas y se sirven unas 3 o 4 fajitas de lengua encima, añadimos cebolla y chile dulce crudo, culantro y jugo de limón. Opcionalmente se puede añadir pizca de sal o tabasco, restar o sumar ingredientes al gusto.
Como en muchos platos, las opciones o gustos personales se ofrecen como alternativas. Así que puede freírse sobre un sartén o plancha las fajitas de lengua, previo a ser servidas. Tampoco es requisito indispensable que la carne esté caliente. Puede servirse como tacos de lengua fría o temperatura ambiente. Cosa de gustos.
1 comentario:
Es verdad una misma palabra puede significar algo tan diferente en otro lugar, ya deja de otro país en nuestros mismos paises llega a pasar, gracias por la receta me gusta la lengua, lindo fin de semana Luis.
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