La remolacha (betabel, betarraga) con su
fuerte color y su dulce sabor es muy importante en la nutrición. Ya es una
tradición elaborar ensaladas con este vegetal y ha venido ganando escalones en
la forma de prepararse. Empleada en sopas frías y en repostería, además de
vinagretas y otros platillos.
Aunque también se puede hacer con la remolacha cruda, en esta receta la estoy usando ya cocinada y
combinada con chocolate, que da una combinación de sabores muy interesantes. A
qué sabe? Sólo probando te podría contestar. Adelante, nada complicada y para
divertirse en la forma de servirla.
Requiere 120 gramos de mantequilla a
temperatura ambiente (1 barra), 1 taza de azúcar moreno, 4 huevos, ½ taza de
chocolate para derretir*, 1 taza de remolacha cocinada, 2 y ½ tazas de harina,
2 cucharaditas de polvo de hornear y 1 pizca de sal. (*puede usar chispas de
chocolate e incluso cocoa en polvo dulce).
Cocinamos las remolachas, las pelamos y se majan con tenedor, se maja sobre un colador, a obtener una taza y reservamos el
jugo que suelten.
Por otro lado, mezclamos la mantequilla a
temperatura ambiente con el azúcar moreno, hasta tenerlo bien integrado, se añaden
los huevos uno a uno, luego la remolacha triturada y mezclamos bien. Finalmente
se integra la harina previamente cernida con el polvo de hornear y 1 pizca de
sal.
Lo ponemos en un molde engrasado y
enharinado y se lleva al horno a 180º por unos 40 minutos. Para comprobar si
esta cocida punzar con un cuchillo o palito de madera y ver que sale limpio.
Lo sacamos del horno y lo dejamos refrescar
dentro del molde unos 15 minutos. Luego lo dejamos enfriar sobre una rejilla.
Así ya se puede comer, pero si quiere le puede servir decorado con azúcar en
polvo en forma de lluvia o bien hacer un lustre.
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